El viernes 16 de noviembre asistí, por gentileza de Radio 3 , al concierto que ofreció Bobby Martínez Sexteto y Gal Costa, ambos incluidos dentro de la programación del XXIV Festival de Jazz de Madrid.
Fue un placer escuchar en directo al gran saxofonista Bobby Martínez, acompañado por unos monstruos de músicos que hicieron fluir la locura desenfrenada y melancólica de este género que cada día me atrapa más.
Y una hora después, el gran telón rojo se abrió para dar paso, entre aplausos y un pequeño foco, a la gran Gal Costa.
Gal Costa está considerada una de las más importantes intérpretes de la música popular brasileña. Incluso fue consagrada como la musa inspiradora del Tropicalismo, movimiento que revolucionó la música brasileña durante los años sesenta.
Costa emergió de la bohemia de Bahía y junto a Caetano Veloso conformó una alianza artística muy sólida. Es contemporánea de artistas como María Bethania, Os Mutantes y Gilberto Gil, y ha tenido la oportunidad de compartir escenarios con el pianista y compositor Tom Jobim, sobre todo en el exterior. Que más se puede decir....
Apareció con un largo vestido negro ceñido a su figura y una asombrosa melena negra firma de la casa. La acompañaba un gran guitarrista, no recuerdo su nombre, no se precisaba nada más. Otro gran músico, "demasiados para una misma noche", pensé; faltaba otro, sí, es verdad.
El repertorio no defraudó, haciendo un recorrido por los grandes temas de Veloso, Gil, Jobim y otros... Su voz era aún más linda en vivo que en las grabaciones que había escuchado, su presencia la de una diosa, no sé si tanto como la de Barbara Streisand (qué le voy a hacer, me encanta)... para mí más.
Embelesadas, salimos a celebrar la suerte por presenciarlo con unas tapitas y unas cañas... cañís.
Gracias, Mundo Feliz.
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