No soy gran lectora de ensayos, de vez en cuando, una o dos veces al año, por recomendación o curiosidad, cae alguno bajo mis ojos, con mayor o menor fortuna. En general, es un género complicado que exije un papel muy activo por parte del lector, mucho más que para la novela o la poesía, aunque indudablemente hay muchas maneras de leer una novela o un poema. Quizá por ello, una se decante casi por inercia por estas últimas, por pereza intelectual o ansias de fantasía; la realidad obliga a buscar otros mundos, vivir otras vidas, no luchar en estas guerras...
Por mi cumpleaños recibí un gran regalo ensayístico, "El Arte de Amar" de Erich Fromm. Esta obra ayuda a reflexionar sobre el amor y a responder a algunas preguntas aparentemente sencillas_ ¿qué significa amar? ¿Cómo desprendernos de nosotros mismos para experimentar este sentimiento?...
Nos dice también que el amor no es algo pasajero y mecánico, como a veces nos induce a creer la sociedad de hoy. Muy al contrario, el amor es un arte, el fruto de un aprendizaje. Por ello, si queremos aprender a amar debemos actuar como lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, ya sea la música, la pintura o la carpintería. O, por lo menos, no dedicar nuestra energía a lograr el éxito y el dinero, el prestigio y el poder, sino a cultivar el verdadero arte de amar.
Podría transcribirlo íntegro aquí, pero evitaré esa inercia y haré el esfuerzo de quedarme con algún fragmento:
"...Se pasa por alto un importante factor del amor erótico, el de la voluntad. Amar a alguien no es meramente un sentimiento poderoso -es una decisión, es un juicio, una promesa-. Si el amor no fuera más que un sentimiento, no existirían bases para la promesa de amarse eternamente. Un sentimiento comienza y puede desaparecer. ¿Cómo puedo yo juzgar que durará eternamente, si mi acto no implica juicio y decisión?."
"El amor intenta entender, convencer, vivificar. Por este motivo, el que ama se transforma constantemente.Capta más, observa más, es más productivo, es más el mismo".