miércoles, 10 de octubre de 2007

Olé con antioxidantes

Un año más, van 2, pongo en marcha el plan de fomentar el consumo de fruta entre mis alumnos y alumnas. Fruta de la buena. No sirven plátanos de gominola, fresas de PVC saborizado, zumos con mil historias menos zumo, e incluso oso desechar el melocotón en almíbar. Como siempre, al principio es un reto, suelto mi charla sobre los beneficios antioxidantes y vitamínicos de estos alimentos mientras todos me miran entre sorprendidos y fastidiados hasta que alguien levanta la mano y hace la pregunta esperada: "Profe, ¿eso que tiene que ver con la gimnasia?", seguida de la recurrida afirmación: "A mí no me gusta ninguna fruta, pregúntaselo a mi madre"...
La semana pasada vino una mamá a verme para comentarme los problemas asmáticos de su hija y después se acercó sigilosamente y me dijo con rotundidad: "Y Olga, olé tus huevos con lo de la fruta"... No son del mismo grupo de alimentos, pero sonreí.
Tras unas semanas de adaptación al experimento, me lleno de satisfacción cuando, al terminar la clase, veo a mis alumnos acercarse mordiendo una jugosa manzana, enseñándome un taper con un kiwi y una cucharilla (Oscar se reiría mucho con esto), o un melocotón pelado y troceado con un color raro después de varias horas encerrado.
Lo del taper me fastidia porque indirectamente fomento el crecimiento de la secta taper-ware y la fabricación de cubículos diminutos endemoniadamente plastificados, pero bueno, a veces el fin justifica los medios.
Qué suerte tengo, me encanta, es más posible de lo que pensamos mejorar nuestro micro mundo, el auténtico, el otro ya está perdido.

6 comentarios:

Sergio Lecuona Granada dijo...

Lo siento, a mi en eso no creo que me convenzas tan fácil....

Anónimo dijo...

Lo cierto es que hay cosas que no se pagan con dinero... Esa sensación de estar haciendo algo bien tiene una enorme recompensa si además se trata de la educación de los chicos.
El que no lo ha vivido no se lo puede imaginar, pero una enorme alegría y una inmensa emoción llenan todo mi ser cuando por ejemplo una chaval con todo el esfuerzo del mundo, día a día, posiblemente sacrificando su tiempo libre, consigue superarse una vez más a el mismo, rompiendo sus limitaciones. Eso me llena de orgullo, primero por él y después por mí. Porque cualquier objetivo conseguido sabe más a triunfo si el esfuerzo ha sido grande.
Ese es mi mensaje: Enseñemos buenas costumbres, enseñemos a que el esfuerzo y los sacrificios son enriquecedores...
¡que suerte tengo por tener la oportunidad de poder mejorar, aunque sólo sea un poquito, nuestro micromundo!

Gilda dijo...

Leku, te acabaré convenciendo, aunque ya sé que tu lo que no lleve hielo y se beba en tubo...jejeje...
Moom...que bonito sobrenombre, la luna...con m...jejeje.
Intuyo que eres del gremio...jejeje...Seguro que haces mejorar tu micromundo más de lo que imaginas...Bienvenido al canasto

Anónimo dijo...

En realidad la luna me fascina pero no sólo el sobrnombre va por ese sentido...
Es posible que esté adquiriendo mayor sentido ahora...

Elena dijo...

el caso rubia, es que a mi tampoco me convences, creo que vas a tener que hacer más esfuerzo con nosotros que con los niños.....
jejejjeeje donde estén una buena bolsa de chuches.......

Gilda dijo...

Elena, eso viniendo del clan "Chicha" no me sorprende...no esperaba menos. Te prometo que el próximo post será sobre los beneficios del tocino...jejeje
Nos vemos en el sueño de un hombre despierto.